Ríanse: Me corté el Pelo

Siempre he pensado que pocas personas tienen tanto poder sobre nuestra imagen y a veces sobre nuestra vida social, como aquél que nos corta el pelo. Muchas personas pasan horas e invierte mucho dinero comprándose ropa que te la sacas y te la pones; y no pensamos que el corte de pelo que tengas, te acompañará las 24 horas del día, todos los días, hasta un nuevo corte.

La semana pasada, por un terrible malentendido, me dejaron plantadaso en Plaza San Miguel. Hacía meses que no iba por ahí, pero fui para tomar un café y de paso ver cómo estaban todas las cosas por ahí, con eso de la remodelación y todo. Pero nada, me quedé yo, el café y todos los demás mirándome (Sí, también pueden reirse de mí por eso).

No iba a hacer el viaje interprovincial de vuelta por gusto, así que recordé viejos tiempos caminando por ahí, le compré comida a mi hamster y aproveché para cortarme el pelo en un lugar que hay por ahí.

Esto, porque la última vez que fui a la peluquería de siempre, el señor que trabaja ahí (que tiene como mil años), me dijo:

"Señor, por hoy no hay problema, pero la próxima vez que venga, le tendré que cobrar 10 soles más. Usted sabe, los precios han subido."

Osea, creo que me vio la cara y dijo, "a éste le saco plata". Obviamente, nunca más regresé.

Debo admitir que es muy raro que yo salga feliz de una peluquería, así que no me puedo quejar esta vez.

Una vez, una amiga me dijo, "uno tiene que confiar más en quien te corta el pelo, que en su psicólogo". Quizás es cierto. Si te cortan mal el pelo, te arruinan la vida. Aquí una breve muestra de lo que todos hemos sentido, después de ese terrible evento, presentado por uno de los mejores programas del mundo, 31 Minutos: