En cama

Hoy estoy enfermo. Ayer salí a correr temprano, cuando hacía mucho frío, y no me hizo nada bien. Ayer estuve todo el día mal, pero tuve un examen y una reunión de trabajo, y no me pude cuidar. Sea como fuere, pensé que mejoraría.

Además, la verdad es que casi nunca me enfermo. Hace casi un año que no me enfermaba así. Y usualmente todos los malestares se curan solos. Eso siempre le digo a mi mamá, cuando me quiere llevar a emergencias cada vez que estornudo. Sí, mi madre también es como la de muchos de ustedes.

Como se darán cuenta, detesto automedicarme e ir al doctor por las puras.

Se suponía que hoy tenía que amanecer como nuevo. Y cuando me despierte pensaría algo como "¡Ja! Creyeron que podían contra mí. ¡Pero una vez más, Franco prueba que es indestructible!"

Pero me desperté a las 3am y ya no he podido volver a dormir. Qué injusto. Ni siquiera iré a trabajar ni podré hacer las cosas que quiero porque me siento mal. Me pregunto dónde está la garantía para mandarme arreglar. O quizás ya venció.

Hablé con el doctor por teléfono y me ha dicho que tome tal medicamento, y que no coma ácidos ni cítricos, que no coma golosinas, que no tome cosas frías, que no salga a la calle, que no me desabrigue, que no chatee, que no toque guitarra, que no vea los Simpsons y que no me baje canciones del Ares.

Bueno, no todo eso me dijo, pero la faltaba poco.

Haré lo que me dijo, y ya estaré mejor. Así que no éste no será el últmo post del blog. Hierba mala, nunca muere.

 

 

Todo por querer estar listo para la inútil 10K de Nike. Así no podré correr ni medio K.

 

"Es horrible estar enfermo. Es como morirse... solo que peor."

Felipe, el amigo de mi hermano.