Tampoco es que sea un profesional en la materia, pero después de tantos años no solo tomando taxis, sino también estando siempre misio, algo he aprendido. A continuación, algunos sabios consejos para ser el ganador al tomar un taxi y regatear el precio:
1. Detén al primer taxi, pero piensa bien antes de subirte:
No prejuzgues a un taxista si aún no has hablado con él. Quizás su carro está viejo, pero es buena gente y será justo al cobrarte. Detenlo, y mientras hablas con él, mira su carro y su actitud. Eso sí, si su forma de ser no te gusta, o te cobra "demasiado barato" y está desesperado por hacerte subir, mejor déjalo ir. No significa necesariamente que te va a robar, pero sí es posible que en la mitad del camino quiera cambiar la tarifa.
2. Muéstrate decidido(a):
Regatear el precio de un taxi es exactamente igual que hacer negocios, y los mismo principios se cumplen: Si el taxista siente que tienes miedo, que no estás seguro(a) de cuánto pagarás o que ni siquiera tienes claro a dónde quieres ir, inconscientemente pensará que él puede manipular la cifra. Antes de tomar un taxi, piensa: "¿A dónde exactamente quiero ir? ¿Qué tan lejos es? ¿Cuánto exactamente quiero o puedo pagar?" Y con esa misma decisión, acércate y negocia con él. Tú propones. Él acepta.
3. Dile el lugar a donde vas lo más exactamente posible:
No trates de engañar al taxista diciéndole "al cruce de Angamos y Caminos del Inca" si tú realmente vas a seis cuadras de ese cruce. Tarde o temprano se dará cuenta, y podría pasar que el taxista quiera cambiar la tarifa o, peor aún, querer que te bajes ahí, donde le dijiste. Lo peor es que él está en su derecho, ya que eso fue lo que tú le dijiste. Mejor, evítate problemas.
4. La regla de oro: La mano en la manija:
Este paso puede parecer que no tiene sentido, pero a mi me ha funcionado en casi todas las ocasiones. Es increíble el efecto que produce en los taxistas. Después de decirle al chofer a dónde quieres ir, él debe proponer el precio. Si es demasiado elevado, no pierdas tu tiempo y el suyo. Déjalo ir.
Si es uno o dos Soles más de lo que tú esperas pagar, sigue mostrándote decidido y hasta en un apuro, pon una mano en la manija de la puerta delantera y dile tú el precio que pagarás. Esto indica que realmente estás interesado(a) en pagarle a él, que quieres hacer negocios rápido y que no quieres perder el tiempo ni hacerle perder el suyo. Tocar la manija con la mano en ademán de abrir la puerta, es como estrechar la mano a la hora de hacer negocios. Si la tarifa que tú propones también es justa, a este ademán de la puerta el chofer lo verá como dinero en sus bolsillos.
5. Si acepta, ¡sube atrás!:
Esto también he aprendido. Toma la manija delantera como ademán de querer abrirla y sentarte a su lado para conversar, pero si acepta, suéltala y sube en el asiente trasero. Especialmente para las mujeres. Si quieres pagar menos, mejor asegúrate de que no te robe. El asiento exactamente detrás del chofer es el más seguro. De hecho también el más aburrido, pero en fin, si eres mujer, es mejor prevenir que lamentar. Si eres hombre, o en todo caso no le temes al peligro, súbete a su lado, nomás, y disfruta la conversación.
6. Asegúrate de tener el cambio exacto antes de subir:
Una de las peores cosas que te puede pasar en un taxi es que el chofer no tenga monedas para darte el vuelto. Más aún si estás apurado(a) o si no hay un grifo en el camino. Nunca pienses que el taxista sirve para cambiar tus billetes grandes. De nuevo, evítate problemas. Si son ocho Soles, ten ocho Soles. Si son tres, ten tres. Además, así también evitarás que el chofer pueda querer cambiar la tarifa y darte menos vuelto. No importa qué tan fuerte seas: no te conviene pelear con él.
7. Conoce tus rutas, pero acepta sugerencias:
Por tu seguridad, es bueno saber cuál es la ruta para llegar a tu destino. Pero recuerda que el taxista tiene más experiencia que tú, y muchas veces conoce mejores rutas que las tuyas. Es bueno exigir una ruta si el lugar es peligroso, pero nunca está de más aprender nuevas.
8. Regla Final: Si el servicio es bueno, ¿por qué no darle algo más?:
Finalmente, se trata de ahorrar dinero, pero no de ser tacaños. En los mejores empleos, se premia el buen servicio al cliente. Recordemos que el taxista también tiene una familia y, en todo caso, también querrá comerse un helado de vez en cuando. Si el servicio es bueno, rápido y te cobró barato, vamos, que un sol más no te hará pobre, pero posiblemente le alegre el día a ambos.