Quizás no lo sabían, pero el primer lugar al que yo viajé en toda mi vida fue Trujillo, cuando tenía tres años de edad, y ni siquiera sabía lo que singificaba viajar. De ese viaje, no recuerdo nada; solo el avión y algún lugar donde habían vacas (y que una parió un becerrito). Es más, sé que fui a ChanChan, pero de eso no recordaba nada.
19 años después, regresé por mi cuenta, y no recordaba absolutamente nada, como era de esperarse. Así que, preguntando fuimos llegando a todos lados. No hay mucho que contar, salvo darles mi humilde opinión: Pensé que Trujillo era más grande y habían más cosas. No es para que se sientan mal, ya que en esa ciudad hay muchísimo que explotar, pero por alguna razón permenece como una ciudad pequeña, sencilla, pero no necesariamente tranquila. Por partes desordenada y peligrosa, pero quizás son esas cosas las que hacen a Trujillo más interesante. Ah, no se pierdan en una foto de abajo los delisocios anticuchos de patas de pollo. ¡Mmm!... Sale con choclo.
Definitivamente, lo más interesante de esta parte del país son las ruinas de ChanChan. Si son de Lima y aún no han ido (lo cual dudo), no se imaginan lo enorme que es. Debo reconocer que esperaba una huaquita de 100m2. No he preguntado, pero ChanChan debe ser más grande que Trujillo mismo. Vayan, no solamente porque es un lugar muy bueno (previa leída a tu libro de historia, por favor), sino porque la Unesco está a punto de declarar a las ruinas (que ya son Patrimonio de la Humanidad) como En Peligro, debido a las lluvias y al Efecto de El Niño.
ChanChan, además, está muy bien cuidado y restaurado. En partes, parece que han pasado de la restauración a la reconstrucción, idea que a mí, personalmente, no me agrada mucho. Por lo menos deberían decir esto. Nunca me ha gustado cuando, por quedar bien, se le da información incorrecta a los turistas. Pero bueno, juzguen ustedes mismos antes que la ciudadela desaparezca.
¿Qué más hay para hacer? Huanchaco es una playa y una ciudad buenísima. Pero esto, y lo que hay ahí, ya es bastante conocido. Trujillo, además, está lleno de casonas históricas. Sé que hay que cuidarlas pero la verdad es que visitar casonas, entrar, mirar y salir; no es, digamos, la mejor de las aventuras. Ya me habían comentado que los zapatos eran baratísimos, y sí, lo son. Siempre viene bien tener un par para chacrear. En general, les recomiendo que vayan, pero quédense en la playa si es verano, o concéntrense en las ruinas, que son muchas y bastante buenas.